- La Vieja Guardia

'AMLO será implacable con la corrupción'

Fecha: 09 dic 2018

Han pasado menos de 24 horas desde que llegó a su nuevo despacho, en el piso 10 del edificio de la Secretaría de la Función Pública, y la secretaria Irma Eréndira Sandoval apenas va conociendo los muebles, el ruido de los teléfonos, el contenido de los cajones... el contenido de los expedientes.

La oficina es enorme, comparada con los cubículos del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM donde Sandoval pasó su carrera académica. Mide más de 60 metros cuadrados, tiene un privado del tamaño de una recámara, y una sala de juntas donde cabe una mesa con 20 sillas. El despacho es mucho más grande que una casa de interés social de las que entregaron los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto, que no llegan ni a 50 metros cuadrados ni podrían albergar los muebles de madera y cuero negro que ocupan la sala de la funcionaria.

Las paredes no tienen ningún cuadro, las repisas de los libreros están vacías, el escritorio no luce aún la foto familiar, y el retrato oficial del presidente Andrés Manuel López Obrador aún no ha llegado. El ruido de los pasos sobre la duela retumba contra los ventanales por los que se observa una magnífica panorámica de la Ciudad de México.

Es evidente que Irma Eréndira Sandoval -mujer guerrerense y guerrera de la lucha lopezobradorista desde hace dos décadas- no está acostumbrada a los lujos del poder.

Y dice que no los quiere, y que tampoco se permitirá a los funcionarios de la nueva administración habituarse a ellos.

Sandoval es la artífice de la nueva Ley Federal de Austeridad Republicana, un catálogo de restricciones para eficientar el uso de los recursos públicos, evitar despilfarros, excesos, duplicidades y malversaciones. Un proyecto que trabajó ella misma con López Obrador y un grupo de asesores, que se aprobará en el Congreso la próxima semana.

Esta ley, anticipa, evitará excesos, pero también irá encaminada a desarmar los engranes que mueven la corrupción gubernamental.

-¿El presidente López Obrador va a ser más estricto con los suyos que con los que se acaban de ir? -se le pregunta.

-Sí. El Presidente, como buen juez, por su casa empieza. Efectivamente, no va a dejar que ninguna violación, ningún error, ninguna cuestión deliberada de corruptela y de mala intención manche este gran logro histórico del pueblo mexicano; porque su llegada y el arribo de un gobierno de la cuarta transformación es una hazaña histórica, que él encabeza, pero que es del pueblo. Sí creo que va a ser absolutamente implacable con los de ahora. Y, evidentemente, lo que nosotros vamos a hacer es dar cumplimiento a esa directriz, de que los programas prioritarios tengan fiscalización, se hagan con responsabilidad. Vamos a ser muy francos y directos en que no se van a permitir trampas a las normativas y a las nuevas reglas que vamos a emitir, en concreto la Nueva Ley Federal de Austeridad Republicana, que implica una posibilidad de más amplio espectro -explica.

La intención del nuevo gobierno, detalla la funcionaria, es crear en la Administración Pública Federal una nueva cultura política que permee de arriba a abajo, a partir del ejemplo del Presidente y de los miembros de su gabinete.

Para ello, hay dos instrumentos iniciales: la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos (aprobada en el Congreso el 13 de septiembre y publicada el 5 de noviembre), que establece que ningún funcionario gane más que el Presidente de la República, y la nueva ley de austeridad propuesta por la bancada de Morena el 11 de septiembre.

Esa ley restringirá la contratación de choferes, escoltas, asesores y secretarios particulares. Prohibirá la adquisición de vehículos de lujo, la remodelación de oficinas, la compra de equipo de cómputo, los viajes en primera clase o en aeronaves privadas; la contratación con cargo al erario de seguros de separación individualizados, seguros de gastos médicos mayores o cajas de ahorro especiales.

Establecerá políticas de ahorro en telefonía, fotocopiado, energía eléctrica, combustibles, arrendamientos, honorarios, alimentación, mobiliario, equipo de telecomunicaciones y bienes informáticos.

Eliminará a los consultores externos y a los Directores Generales Adjuntos, un cargo que en los últimos tres sexenios sirvió para colocar a colaboradores, amigos y aliados políticos en puestos con alta remuneración.

Tan sólo en la Presidencia de la República, por ejemplo, existían en la pasada administración 39 DGA, con sueldos que iban de los 85 mil a los 132 mil pesos más seguros, bonos y otras prestaciones.

"Fueron un invento de las administraciones anteriores para engrosar la Administración Pública Federal con salarios suntuosos. Con la ley de austeridad, se eliminan todas las DGA", explica la secretaria, "lo menciono como un referente de cómo vamos a hacer esta transformación, para hacer eficientes las estructuras, y cómo vamos a protegernos de que no se vuelvan a engrosar".

Licenciada en Economía por la UNAM y en Sociología por la UAM, maestra y doctora en Ciencia Política por la Universidad de California, e hija del líder social Pablo Sandoval, la nueva titular de la SFP ha publicado decenas de estudios académicos críticos del neoliberalismo, el rentismo y el intervencionismo privado en las instituciones del Estado. Desde su perspectiva, la Administración Pública Federal, tal como la recibe López Obrador, enfrenta una paradoja: fue engordada por aquellos que durante años propusieron el adelgazamiento del Estado a sus mínimos posibles.

"Es muy llamativo lo que está sucediendo, porque los que engrosaron la Administración Pública Federal son los militantes de un discurso, o los declarantes que se nutren con un discurso neoliberal de supuesto adelgazamiento de los Estados y del gobierno, y son los que más abusaron de ello, tanto con altos salarios, como con estructuras abultadas. Y nosotros, que siempre hemos defendido la causa del gobierno, del interés público, la causa finalmente del Estado, somos los que verdaderamente queremos darle esa flexibilidad, esa tonificación al cuerpo estatal y administrativo, para que las estructuras que no le dan, sino le quitan, tengan una salida. Y ahorita están enojados, porque les salimos más modernizadores que lo que ellos mismos nunca fueron", comenta.

Ni persecución, ni cárcel

El pasado 1 de diciembre, en su discurso en el Congreso, el presidente López Obrador aseguró que no perderá el tiempo en perseguir a sus antecesores, y afirmó: "al contrario de lo que pudiera suponerse, esta nueva etapa la vamos a iniciar sin perseguir a nadie, porque no apostamos al circo ni a la simulación".

Eso, y su mención de las palabras "perdón e indulgencia", provocaron críticas en legisladores del PAN, PRD y MC, y cuestionamientos entre analistas y representantes de la sociedad civil.

¿Cómo interpreta estas palabras la nueva secretaria de la Función Pública?

"Las dos palabras claves en su discurso y programa son la justicia y la democracia, y evidentemente quiere empujar un desarrollo justo y democrático, y para eso no quiere perder tiempo en legitimarse... está bastante legitimado su caminar, su llegada electoral", dice ella, "es una mala lectura, en el mejor de los casos, y mala intención claramente en algunos otros casos, cuando se quiere señalar que está anunciando abiertamente o auspiciando la impunidad".

Para la funcionaria, es más atendible otra parte del discurso presidencial, cuando habló de que las autoridades encargadas desahoguen en absoluta libertad los asuntos pendientes.

"El Presidente ha sido claro, que lo que él quiere es desarrollo, justicia y avanzar. También ha sido claro en dar independencia al fiscal, a la justicia, y a la Secretaría de la Función Pública para lo tocante a la justicia administrativa, para el cierre de expedientes con pulcritud y para el combate a la impunidad. Ahí ha sido absolutamente claro conmigo, que yo decida", añade Sandoval.

La titular de la SFP añade que la instrucción del Presidente es no generar guerras, ni contra el narcotráfico, ni contra el crimen organizado, ni contra los corruptos. Sino acabar con los incentivos sistémicos que generan narcotráfico y que generan personajes corruptos en los ámbitos público y privado.

-Mucha gente de la que votó por AMLO quiere ver a alguien de la pasada administración en la cárcel, ¿cómo van a llenar esa expectativa? -se le pregunta

-Yo no creo que sea mucha gente la que quiera ver en la cárcel a nadie, mi impresión es que hay una sed de que se acabe con la corrupción y que se acabe con la impunidad. Y eso sí, creo yo, que nunca jamás se ha echado para atrás el Presidente, y por supuesto, nosotros nunca lo haremos. Esa sed como de la lucha libre, de 'mátalo mátalo', no la veo yo, creo que no existe, es artificial, es de algunos opinadores o comentaristas de los medios, pero la gente no está interesada en ver en la cárcel a nadie; precisamente porque la gente de carne y hueso, de abajo, sabe lo que es la injusticia, y ya no queremos más injusticia, queremos justicia y desarrollo, y democracia -asegura.

Sandoval asegura que se concentrará en dos ámbitos: la erradicación de la corrupción y el combate a la impunidad.

Para arrancar, se ha rodeado de un equipo elemental, que reduce de cuatro a dos las subsecretarías: la de Combate a la Corrupción, a cargo de Roberto Salcedo, y la de Combate a la Impunidad, a cargo de Tania de la Paz.

Además, incorporó como coordinador de los Programas de Contraloría Social y Participación Ciudadana al activista Jesús Robles Maloof, quien el pasado 4 de diciembre envió un mensaje desde su cuenta de Twitter @roblesmaloof: "En mi caso (titular de Unidad) la reducción del salario con respecto a mi predecesor es de 35 por ciento. No tendré chofer, ni asesores, ni caja de retiro, ni auto, ni celular, ni gastos de representación. Tendré un salario más que suficiente (competitivo) e ISSSTE".

La secretaria asegura que la Función Pública pondrá el ejemplo a las demás dependencias, tanto en austeridad como en renovación de los cargos y eficiencia del organigrama. Advierte que está renovando todos los Órganos Internos de Control del gobierno federal, y que éstos ejercerán una labor real de fiscalización del gasto en las dependencias.

El SNA

Frente al temor de algunas organizaciones ciudadanas -aquellas que empujaron la construcción del Sistema Nacional Anticorrupción durante el sexenio de Enrique Peña Nieto-, Sandoval aclara que el sistema no se tirará por la borda, aunque advierte que sí es necesario reformar las leyes para hacer que funcione efectivamente.

"El sistema tiene grandes faltantes, pero es un producto de largos años de trabajo que no se puede tirar por la borda. Lo que más me preocupa actualmente del SNA es que no coordina, y yo lo que voy a llegar a plantear es una verdadera coordinación. Tenemos las instituciones, tenemos la normatividad y tenemos grandes expertos en todos los ámbitos, pero no hay coordinación, porque todo mundo quiere jalar un poquito más de la cobija y de recursos. Hay partidas asignadas para un sistema, cuando deberíamos ser muy austeros, y exigir más la esencia, el contenido, exigir más la coordinación, y no la parafernalia. Ese será mi punto de partida para interactuar con ellos", señala.

Sandoval anuncia que se reunirá pronto con los miembros del Comité de Participación Ciudadana del SNA, pero anticipa que actualmente esa instancia es más figura decorativa que órgano funcional de decisión.

"Se necesita mucho más humildad de parte de los que hoy están vinculados al sistema, para que con esa inteligencia, esa humildad, estar abiertos a las reformas necesarias que nos permitan coordinarnos bien", añade.

Incluso, la nueva secretaria considera que, más que debatir la ausencia de un fiscal anticorrupción o de los magistrados de la Sala Especializada del Tribunal Superior de Justicia Administrativa, la esencia de la discusión debería ser la coordinación del SNA.

"Yo planteo nuevamente que lo que falta es la carne, la sustancia, la nuez. Hay más ruido que nueces actualmente, y esa sustancia es la coordinación, lo que necesitamos es voluntad política para empezar a trabajar coordinadamente", añade.

* * *

Tres días antes de ser ratificada por el Senado, Irma Eréndira Sandoval ocupó las oficinas de la Secretaría de la Función Pública. Era lunes 3 de diciembre y, después de que Arely Gómez le entregara el despacho, reunió a los trabajadores de la SFP en el vestíbulo del edificio, tomó un megáfono y dirigió un mensaje.

"Les exijo, como me exigiré a mí misma, que no haya ningún un aspecto que nos lleve a manchar esta Cuarta Transformación. No tenemos derecho, como dice el presidente Andrés Manuel López Obrador, a fallar. Ésta es la secretaría que menos derecho tiene a fallar", dijo.

Después de eso, subió a sus oficinas del piso 10, que encontró vacías.

La batalla contra la corrupción, que durante años prometió López Obrador como estandarte de su lucha política, apenas comienza.

Fuente: Reforma.