- La Vieja Guardia
Apenas llevaba unos pocos meses en Singapur cuanto tuve mi primera experiencia con la mentalidad "kiasu".
Era sábado por la tarde y, tras pasar varias horas explorando la zona comercial de Orchard Road en el denso y pesado calor, me dirigí hacia la estación de tren cargando conmigo un cochecito y dos niños exhaustos listos para ir a casa.
La terminal estaba atestada y yo buscaba una forma de llegar hasta el andén. Vi un ascensor y me uní a una fila de una decena de personas que pacientemente esperaban a usarlo pese a que había dos escaleras mecánicas a menos de 100 metros de distancia.
A medida que el ascensor se acercaba crecía la expectación en el ambiente. En cuanto llegó, todo el mundo se lanzó adelante. Una vez que la última persona posible se había apretujado en su interior, las puertas del aparato se cerraron con un "ding". Yo me había quedado en el sitio, perpleja.
Esta evidente falta de consideración no era algo que había experimentado en Singapur hasta entonces. Previamente, los trabajadores de las construcciones detenían sus taladros cuando me veían pasar para evitar despertar a mi bebé. Me habían ofrecido paraguas cuando me había tocado bajarme del autobús durante una fuerte lluvia.
Entonces, ¿por qué subirse a un ascensor parecía ser la lucha por la supervivencia de los más aptos?
Pronto aprendí que de eso se trata la mentalidad "kiasu".
No perderse de nada
"Kiasu" es una palabra del dialecto chino Hokkien que deriva de "kia", que quiere decir tener miedo y "su", que quiere decir perder: es el miedo a perderse algo. En 2007, este vocablo fue incluido en el diccionario de inglés Oxford, donde está descrito como "…una actitud avara y egoísta".
Leong Chan-Hoong, investigador principal en el Instituto de Estudios de Políticas de la Universidad Nacional de Singapur, lo explica como un instinto de supervivencia. Dice que la pequeña y joven nación, de apenas 53 años, está situada en un lugar vulnerable en el medio del sudeste asiático, rodeada de vecinos que culturalmente son distintos a ella.
"Siempre se ha inculcado en la mente de los habitantes de Singapur que tienes que valerte por ti mismo, que debemos mantener la ambición, que tienes que estar por delante de los demás...la necesidad de estar adelante siempre ha sido parte de la psiquis social", señala.
En términos prácticos, eso significa que los singapurenses detestan perderse de algo y les encanta una oferta. Ellos harán filas interminables para comprar el último modelo de un teléfono o incluso una edición limitada de un juguete de Hello Kitty en un menú infantil de McDonald's.
Ellos mismos hacen chistes sobre el entusiasmo con el que acuden a las comida de buffet, donde apilan la mayor cantidad de platos posibles.
E ir a una feria de comida implica enfrentarse con el significado de"chope", una palabra del Singlish, el dialecto local de los habitantes de Singapur, que se refiere al acto de reservar un asiento mientras se busca comida colocando sobre la mesa algún objeto como un paraguas o un paquete de pañuelos de papel.
"El kiasuismo aún sigue siendo un comportamiento controvertido", dice el crítico literario Gwee Li Sui.
"Nadie quiere que se lo apliquen y, sin embargo, muchos lo practican alegremente. Cuando vemos a otros demostrándolo nuestra reacción oscila entre la perplejidad y una ligera diversión al disgusto y el bochorno".
Un estudio nacional de valores realizado en 2015 reveló que los singapurenses incluyen el "kiasu" entre las 10 principales percepciones que definen la sociedad de su nación, junto a la competitividad y al egocentrismo.
De igual modo, al ser consultados sobre los valores y los comportamientos que mejor los describen, las relaciones familiares y amistosas, así como ser empáticos y honestos aparecían entre los 10 principales.
Esto demuestra que los residentes de este país tienen una profunda conciencia acerca de la dificultad de hallar un equilibrio entre avanzar en la vida sin erosionar el mayormente positivo sistema de valores de su sociedad.
Humor y miedo a fracasar
Pero no todo el mundo en Singapur ver el "kiasuismo" desde una perspectiva tan seria. El artista Johnny Lau halló una forma de hacer que los singapurenses se examinen ellos mismos a través de la comedia.
Él creó al señor Kiasu, un personaje de cómic enormemente popular, que se convirtió en un representante icónico del panorama cultural de Singapur a inicios de la década de 1990 y ahora está disfrutando de un resurgir con una nueva entrega del cómic.
Durante los dos años que le tomó desarrollar el personaje del señor Kiasu, la palabra se había popularizado entre la gente común.
Cecilia Leong, madre de unos mellizos de cuatro años de edad, no tiene dudas cuando se le pregunta si el llamado "padre kiasu" aún es relevante. "Claro que sí, yo soy uno de ellos", responde.