- La Vieja Guardia

De vuelta a la vida: bares y restaurantes buscan reactivar zonas de desastre

Fecha: 02 oct 2017

Las calles no lucen ni volverán a lucir igual. La “normalidad” a la que estaban habituados restauranteros, empresarios, vecinos y visitantes no es una a la que quieren regresar, pero están conscientes que la economía tiene que reactivarse, que hay que comer, que hay que divertirse y sobre todo, hay deudas que no se van a pagar solas.

“Cuando decimos que ‘no queremos volver a la normalidad’ nos referimos a la de la corrupción, de los sobornos, del acoso de las instituciones de Gobierno. Esto cambió, nosotros sabemos que es un esfuerzo que tiene que durar meses. Vamos a poner el espacio y la gente es la que determina cómo lo quiere utilizar, no vamos a obligar a que vengan y consuman, si sólo quieren estar ahí sentados leyendo, lo que queremos es seguir con este ímpetu de construcción de un espacio de comunidad. Aquí se pueden juntar los vecinos si necesitan tener reuniones, el espacio está abierto para cualquier persona que lo utilice. La gente irá decidiendo cómo va regresando a su vida diaria, pero nosotros sí estamos convencidos de que el espacio queremos construirlo más allá, hacer un punto de encuentro de todos los vecinos y de toda la gente que quiera venir”, dice Sergio González, vocero del Jardín Chapultepec, bar ubicado en la Roma Norte.

Para ellos, que vienen de una larga clausura por parte del operativo ‘mala copa’ que se lleva a cabo en centros nocturnos de la Ciudad de México, es necesario retomar sus operaciones, porque su nómina, proveedores y deudas siguen ahí. “Lo que decidimos es mantener una parte del espacio como centro de acopio y otro con servicio para aquellos que lo deseen, porque también la gente quiere platicar, ver a sus amigos, descansar y estar con los que quieren. Tratar no de olvidar pero sí de descansar un poco de lo que está sucediendo, para que puedan tener fuerzas para volver a seguir ayudando”, continúa Sergio.

Decidieron también, recortar sus horarios para no molestar a los vecinos de la zona con el ruido proveniente del inmueble ubicado en Avenida Chapultepec casi esquina con Medellín, que ha fungido como centro de acopio desde que la Glorieta de Cibeles se vio rebasada y desde el que han enviado ayuda a distintos puntos de la CdMx, Puebla, Morelos y Guerrero.

Qué escondidas estaban nuestras ganas de estar vivos, bien y contentos. @joseantesyois*

La doctora Noemí Díaz Marroquín, de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dice a Mundano que es normal que las personas afectadas (directa o indirectamente) por los sismos presenten síntomas de estrés como insomnio, ansiedad o falta de apetito, por lo que es importante reconectar con sus grupos sociales de amigos y familiares, para hablar sobre lo sucedido y distraerse.

“Pueden expresar el llanto, la tristeza y la angustia. Pero también buscar otros espacios de relajación, de tranquilidad, en donde puedan desconectarse un poco del evento traumático, quizá escuchando música suave, haciendo ejercicio con moderación, teniendo alguna actividad recreativa, que no se sientan culpables por estar vivos, ni por disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Es una manera de cuidarse a ellos mismos, no estar todo el tiempo pensando en el evento sino tratar de darse estos espacios”, dice en entrevista.

Quisiera que ya pase todo este lío del sismo, me siento culpable de seguir mi vida cuándo hay mucha gente que necesita ayuda.- @jthan_45*

Para aquellas personas que sin verse directamente afectadas, puedan llegara a sentir culpabilidad por continuar con su vida “normal”, la doctora jefa del Centro de Servicios Psicológicos “Dr. Guillermo Dávila”, les dice: “Es un momento para revalorar todo lo que sí tienen. Tienen trabajo, tienen familia, tienen la vida. Es un momento de darle a las cosas su justo valor.

Merecen pasarla bien, merecen descansar. No se recomienda el consumo de alcohol, la diversión en este momento debe ser con moderación, que ayude a relajarnos, no que lleve a la alteración de los sentidos. No deben de sentirse culpables, porque se les necesita para la reconstrucción, se necesita su ayuda”, finaliza.

En los próximos días, si ve a alguien tomándose un tequila o un mezcal, un vino o una cerveza, no lo critique. Todos lo necesitamos.- @PenileyRamirez*

El viernes 22 de septiembre, apenas tres días después del terremoto, en el edificio de Álvaro Obregón 286 continuaban las labores de rescate. Alrededor de las 8:30 de la noche, un usuario compartía el siguiente tuit: “La vida sigue pero…¿cenar pizza a unos metros del edificio que se derrumbó?”, acompañada de una fotografía de la pizzería Perro Negro, ubicada en la Avenida Parque España a poco menos de 200 metros de la zona siniestrada.

Algunos medios recogieron el mensaje que dividió las opiniones. Unos llamaban “insensible”, la medida del restaurante y a la gente que ahí se reunió. Otros, decían que el señalamiento estaba de más, lo importante en ese momento era no criticar, sino seguir apoyando.

Otros más, sabían que ante una situación así, era necesario reactivar la economía de la zona y las personas necesitaban un lugar en el cual relajarse.

Al igual que este local, fueron varios en las zonas llamadas “de desastre”, los que lograron reanudar operaciones, tal como Hanky Panky que ofreció cocteles gratis para “brindar por México”; Balmori, que ofreció baños, café y agua a quienes lo necesitaran. Otros más como El Imperial y Departamento en esa misma calle o Pata Negra en la Condesa, continúan con la incertidumbre de si podrán volver a abrir sus puertas.

Otros como Patrick Miller, en la Roma Norte o Wave y Leonor en la Condesa (quienes donarán el 100 por ciento de sus utilidades de esta semana a los afectados), decidieron mantenerse cerrador como parte del duelo nacional y para servir como centros de acopio.

Twitter (@CasaVirginiaDF)

“No hay que criticar. Los restauranteros, primero, estamos hechos de otra madera, la de brindar servicio, confort, un momento de pausa en la vida cotidiana, nuestra misión no es sólo alimentar”, dice a Mundano la chef Marion Díaz de Bistro M, ubicado en la colonia Del Valle, otra de las afectadas.

“En mi caso particular… cerré de inmediato para que mis empleados fueran a buscar a sus familiares […] Al día siguiente con la incertidumbre, primero del bienestar de mis empleados y sus familias y en segundo del pequeño patrimonio que he formado durante 25 años, abrí las puertas de mi restaurante. Cuál fue mi sorpresa, que ya había gente esperándonos para tomar una taza de café, para comer un pan, para desayunar algo que los hiciera aterrizar después de tal evento. La mayoría de ellos eran doctores de la zona que habían estado trabajando toda la noche: les aliviamos el alma o al menos eso fue lo que yo sentí. A la hora de la comida, cuando pensamos que no iba a llegar nadie, llegaron familias completas por un buen plato de sopa, por un abrazo, para saber si estábamos bien, para hacer una pausa y después seguir ayudando. Ese día confirmé que esa era mi forma de ayudar a la gente en ese momento tan grave. Y así los días continuaron con olas de gente buscando un alivio en mi pequeña isla así como en otras para después seguir digiriendo lo que había sucedido. Yuny [chef de La Ruta de la Seda] me habló y me dijo: convénceme de la razón por la cual debo abrir mi café a dos días del terremoto. Y le contesté ‘amiga, todos necesitamos ahora una taza caliente con un buen té y un buen pan. Esta es nuestra misión'”, finaliza.

Fuente: Sin Embargo.