- La Vieja Guardia

Donde los perezosos encuentran estos árboles, tienen más crías y viven más

Fecha: 26 feb 2019

Levanta la vista con atención hacia la copa de los árboles de una plantación de cacao de sombra en el este de Costa Rica y verás una serie de pequeños rostros peludos que te observan. Se trata de perezosos de tres dedos que viven ahí, escalando muy lentamente entre las ramas superiores para disfrutar del sol matutino. Quizá también podrías verlos comiendo hojas del árbol de guarumo, que da sombra a las plantas del cacao.

Desde hace tiempo los científicos han sabido que este árbol es importante en la dieta de los perezosos. Su follaje es muy nutritivo, está disponible todo el año y es fácil de digerir. Sin embargo, en un nuevo estudio publicado el 22 de enero en Proceedings of the Royal Academy B, los investigadores informan que una población de perezosos con más árboles de guarumo en su hábitat de las plantaciones de cacao tenía más crías y más probabilidades de sobrevivir.

Sus hallazgos indican que la presencia del árbol puede ayudar a asegurar la salud de las poblaciones de perezosos incluso en ambientes que ya han sido modificados por los humanos, como las granjas. También muestra cómo los animales que tienen un nicho ecológico especializado, aunque tradicionalmente se les considere vulnerables, pueden persistir en circunstancias modificadas siempre y cuando el recurso del que dependen esté disponible.

Durante casi diez años, Jonathan Pauli, M. Zachariah Peery, profesores de la Universidad de Wisconsin, y sus colegas han seguido a un grupo de perezosos en Costa Rica. Los animales tienen collarines con radios que transmiten su ubicación cinco o seis veces al mes para que el equipo sepa cuál es el territorio habitual de cada perezoso. El equipo también ha tomado muestras de ADN y ha establecido el árbol genealógico de los perezosos con el fin de poder identificar a los especímenes que tienen más crías.

Cuando Mario Garcés Restrepo, el principal autor del artículo, se interesó en descubrir si los alimentos de los animales estaban vinculados con su éxito reproductivo, el trabajo preliminar para responder esa pregunta ya estaba llevándose a cabo.

Los perezosos de tres dedos no son conocidos por su flexibilidad alimentaria, pues suelen depender de unas cuantas plantas. No obstante, aunque generalmente viven en selvas tropicales, los perezosos pueden vivir sorprendentemente bien en otros ambientes siempre y cuando esté disponible la variedad adecuada de árboles, así como fuentes cercanas de agua corriente.

Garcés Restrepo hizo un mapa con la cantidad de árboles de cada especie en los casi cuarenta territorios favoritos de los perezosos y buscó alguna correlación entre la densidad de una especie determinada de árboles y el número de crías, así como la tasa de supervivencia del animal a lo largo del estudio.

Aunque la supervivencia de los perezosos jóvenes no estaba relacionada con el guarumo, los árboles parecían ser importantes para los adultos del grupo. Los cinco adultos que murieron a lo largo del estudio contaban con una cantidad menor de guarumos en su zona, a diferencia de los que sobrevivieron. Al mismo tiempo, tanto las hembras como los machos adultos con más guarumos disponibles tenían más crías. Eso quizá no solo se debe a la nutrición que ofrece el árbol, sino también a la visibilidad, pues los árboles espigados de guarumo tienen estructuras abiertas con muchos lugares desde donde ver y ser visto.

“Los perezosos a menudo toman el sol por las mañanas”, explicó Pauli, y si atraen parejas llamándolas o exponiéndose a la vista, “estar en árboles abiertos en realidad podría aumentar sus probabilidades de reproducción”.

Entender mejor qué necesitan los perezosos para prosperar podría ser importante en esta zona y otras. En el noreste de Costa Rica, donde se completó el estudio, la zona alrededor de la plantación de cacao está cambiando. “El paisaje está transformándose”, dijo Pauli, pues se están creando más cultivos de piña, que solo crecen en espacios abiertos y no arbolados. En el futuro podría haber menos espacios habitables en esa área para los perezosos.

Fuente: NYT