- La Vieja Guardia

Isidro Ávila, escuela viva del fotoperiodismo

Fecha: 22 nov 2014

"La tecnología es fantástica, pero nos está volviendo automáticos"

Testigo de la transición entre la fotografía tradicional y la fotografía digital, Isidro Ávila Villacís se dice maravillado de los avances tecnológicos que hay en los equipos fotográficos y avizora incluso un horizonte mucho más avanzado, pues, dice, lo que antes se veía como ciencia ficción comienza a ser realidad.
La ciencia, indica, está haciendo su parte, pero lo que falta es que el elemento humano también se prepare para ir a la par y llevar a la fotografía a niveles más avanzados.
-Hoy, las cámaras se usan en todo automático, esto automático, aquello automático, pero te vuelves automático, dejas de ser fotógrafo, advierte Isidro Ávila, con 60 años de experiencia en el oficio.
-Hoy cualquiera toma fotos, hasta con sus teléfonos celulares, hasta mi abuelita toma fotos. Pero, no hacemos fotografía, captamos imágenes y ya no hay fotógrafos sino diseñadores gráficos, porque lo que les sale mal, lo componen en la computadora, apunta el agudo lente de este ícono del fotoperiodismo.
-La tecnología es fantástica, pero nos está volviendo automáticos, subraya Isidro Ávila, en larga, amena entrevista, llena de anécdotas, recuerdos, experiencias y enseñanzas. Una escuela viva, sin duda, del fotoperiodismo.
-¿Qué le diría a los jóvenes que quieren ser fotógrafos?.
-Que empiecen con las cámaras convencionales o de rollos que creo que todavía existen, que sepan con qué sensibilidad de película van a trabajar... o con la digital, pero que aprendan a manejar las exposiciones, a conocer las intensidades de luz, calcular distancias, en fin, que no la cámara se los dicte.
La mayor satisfacción de un fotógrafo es decir: yo tomé esta foto, no la cámara. Yo les diría que no usen photoshop y que les apasione lo que hacen.
-¿Cómo vivió esa transición de la fotografía tradicional a la digital?. ¿qué significó para usted?.
-Pues un cambio de lo antiguo a lo moderno, antes nos adaptábamos al material que usábamos, nosotros medíamos la distancia, la velocidad, las veces que teníamos que soltar el click.
Ahora las automáticas hacen todo, ahorita cualquiera toma fotos, pero no son fotógrafos, ahora son captadores de imagen.
Es pasar de una era a otra y seguirá avanzando, porque hay muchas cosas que no conocemos y ya están en funciones. Las cámaras digitales te sacan un detalle fantástico, una sensibilidad que ni soñada, que no me tocó vivir, así que ahora cualquier se dice fotógrafo.
Pero se pierde la satisfacción de decir: yo tomé esa foto porque yo gradué mi cámara, busqué mis ángulos, vi las luces y encontré la buena fotografía.
En mi época si la tomaba mal, era mal, no había manera de componerla. Fotografía es tomar la foto y entregarla, listo. Desde que pase por una computadora ya no es fotografía.
-¿Ahora se le pide al reportero que tome fotografías, cree que está en riesgo el fotoperiodista?.
-Pues, no, el reportero hará una doble función y logrará tomar una foto...las fotos periodísticas salen, no se hacen.
-¿Cómo se inició en la fotografía?.
-La fotografía nace de mi papá porque él era aficionado, tenía su cámara, él revelaba sus rollos, preparaba sus químicos, hacía sus fotografías impresas, inclusive para hacerlas más grandes él hizo su ampliadora de madera y siempre trabajaba con luz natural.
Así es como empiezo a ver qué era la fotografía, porque yo no tenía ni idea.
-¿A qué edad fue eso?
-Tenía como 9 ó 10 años cuando empecé a ver todo lo de la fotografía, mi papá era baratillero, se llevaba mucho con un fotógrafo de Progreso que era Bermúdez y como sabía que a mi papá le gustaba , le vendió un equipo de estudio.
Juntos pusieron el estudio, se llamó primero Bermúdez y Ávila, luego se llamó Hollywood Estudios y después fue Fotografía Ávila.
El piso de arriba era libre para la fotografía y se tomaba con pura luz natural, entonces con paños blancos y el rebote de la luz, todo era ecológico y las exposiciones eran uno, dos y tres, es lo que empecé a ver.
Mi primer contacto fue lavar fotos, las fotografías de antes se lavaban con agua para quitar los químicos. Sin estaban bien lavadas y se conservaban podían durar más de 40 años.
-¿Cuándo tomó sus primeras fotos?.
-En mis inicios fue por cuestiones de publicidad. Una de ellas fue cuando hice la de un jabón de escama que sacaba la Hidrogenadora Yucateca, tenía una cámara de 16 milímetros, lente fijo, todo fijo, y les digo hay que buscar a una persona que esté lavando ropa, para no dar una foto pasiva.
Encontré a una señora que posó lavando ropa, luego vimos como le dábamos movimiento, lo hicimos tomando varias fotos para que saliera bien la publicidad y pues salió bien y les gustó.
Y así se fueron haciendo otras fotografías para publicidad, luego hice una de una Cervecería llamada Catedral. Antes no habían computadoras, solo la cámara y yo.
Hice un montón de comerciales para el Diario (de Yucatán, su casa editorial durante más de 50 años), antes de ser empleado, el ultimo comercial que hice fue a la Dondé. Llegó un circo al Carta Clara y me dicen necesitamos niños comiendo galletas.
Sobre la marcha me dicen solo hay una carpa y pues encontré a un niño comiendo galletas y empezamos a trabajarlo en varias fotos. Entonces, en eso un payaso se dio cuenta que le tomaba fotos y fue corriendo y se sentó junto al niño y se puso a comer galletas con él, así que salió perfecto, espontánea, sin planearlo.
Para terminar el comercial, les digo vamos a la (colonia) Alemán, llegamos pero no había nada. Lo que hice fue pedirle al niño que caminara y comiera galletas y al terminar tirara la bolsa, yo me puse a sus espaldas para tomar las fotos.
Resulta que cuando el niño arrojó la bolsa vino un aire y la levantó, así que la foto quedó excelente, con un atardecer único además
Luego dejamos de hacer comerciales porque dijeron que ya los iba a hacer la tele. El publicista jamás me dio las gracias y ni un centavo y, la verdad, no lo hacía por eso, a mi me gustaba la fotografía y lo que yo hiciera de fotografía me hacia feliz.
-¿Cómo fue que entró al Diario a trabajar?.
-Es larga la historia, pero pues el fotógrafo del Diario era carmelita, un fotógrafo que lo adoraba todo el mundo, fue el primer santa Claus de Mérida, fue rey feo del Carnaval, en la Nochebuena hacía su trineo y llevaba a regalar juguetes a los niños pobres.
Era Joaquin Sánchez Reyes, pero su firma era Torrente, así lo conocían todos. Yo lo empecé a ayudar tomando fotos, pero el Diario no lo sabía. Su esposa iba al Diario por las comisiones de trabajo, yo tomaba las fotos y ella las llevaba.
En una ocasión se fue a Ciudad del Carmen para poder ser candidato, pero vino el ciclón Janet que destruyó Chetumal y tuvo que regresar para cumplir su trabajo. Al día siguiente del ciclón se fueron en avioneta a Chetumal, pero no pudieron aterrizar y buscando dónde hacerlo, pues se perdieron como una semana. El Diario se quedó sin fotógrafo.
Pero, para entonces ya nos habían cachado, porque poco antes hubo un evento nacional y don Carlos (Menéndez Navarrete), que era reportero, se dio cuenta que yo tomé las fotos.
Don Carlos, como cualquier reportero, se fajaba de la misma manera, y en esa ocasión él comentó en el Diario que Torrente no tomaba las fotos, el que las hace es el chamaco Ávila.
Desde ese día dejó de salir Foto Torrente. Unas semanas después, don Abel (Menéndez Romero, el director) me mandó a buscar, me acaba de casar un 4 de septiembre, y el 4 de octubre de 1955 (hace 59 años) salió mi primera foto en el Diario con mi nombre, así que llevo el mismo tiempo de casado con mi esposa y con el Diario.
A los cuatro años de entrar al Diario hubo una huelga y se quedaron sin varios empleados, pues no recontrataron a todos.
De repente dice uno de los jefes de área: no podemos salir, nadie solicitó trabajar fotomecánica y no podemos salir (imprimir), le dije, pues fotomecánica me suena a fotografía, me preguntó ¿sabes de eso?, le dije, pues, muéstreme, me lo mostró y lo hice.
De repente también necesitaban fotograbado, les dije yo lo hago y me dicen ¿sabes de eso?. Le dije lo que es fotografía lo sé hacer y, pues, lo hice también, me costo más trabajo, pero bien lo pude hacer.
Aprendí a recibir fotos que llegaban por radio, era todo un proceso, las mandaba la UPI, también les transmitíamos fotografías, les mandábamos fotos de nox de las peleas de Miguel Canto, Guty Espadas, etcétera.
Todo era por teléfono, todo tardaba mucho más, pero era una gran satisfacción, cuando todos se conectaban era cuando se mandaba o recibía información.
Mi nombre era un número para la UPI, porque hacía mis transmisiones. Me llegaba un dinerito de la UPI y el Diario me lo daba íntegro, la verdad.
Para la UPI transmití varias peleas mundiales, cuando se casó Valenzuela, en ese momento vino un fotógrafo y, pues, estuve detrás de él para aprender cómo le hacían para que tuvieran destellos las fotos nocturnas del béisbol y, pues, con eso también hice mis experimentos y lo logré hacer.
-¿Cuántos tipos de cámara manejó durante su carrera?.
-Uf, no sé. Mi primera cámara como fotógrafo del Diario fue una Leika de lente normal. Con esta corrí, en una de tantas corretizas que me dieron, se me cayó. Fue mi compañera muchos años, en el año de Correa Rachó hubo mucha acción.
Una vez hubo un mitin en la Plaza y al pasar por la Municipal salieron varios hombres de civil y empezaron a golpear a las damas y me puse a disparar fotos por todos lados.
La verdad ni sabía que estaba tomando, porque era por todos lados y pues, después de eso me felicitan en el Diario por haber tomado fotos periodísticas.
Entendí lo que eran fotos periodísticas porque tomé la foto de dos tipos golpeando a una señora, luego a otros rompiendo la Bandera y pues, fue uno de mis aprendizajes.
Mi siguiente aprendizaje fue la muerte de Pedro Infante, andaba yo en mi bicicleta por las calles, eran como las 10 de la mañana, y vi humo en el sur de la ciudad. En eso pregunté a la Policía qué había pasado y me dijeron que parecía que cayó una avioneta.
Pues, me fui en mi bicicleta a tomar las fotos, agarro mi cámara y no me di cuenta que solo me quedaban para tomar tres fotos. En eso había mucha gente caminando por allá y a la gente no la dejaban pasar, pero a mi sí.
Y a todos les pedí su cámara, agarré como 10 cámaras y así logré sacar una serie de fotos del accidente. Allá aprendí que siempre hay que ir con reservas en la bolsa, así aprendí que cuando iba a tomar fotos siempre llevaba dos rollitos de más.
Fueron épocas donde, la verdad, habían cosas que pasaban todos los días, porque incendiaban autobuses, coches, etc y a mi el gobierno no me dejaba tomar fotos. Una vez me subí a un techo para tomar las fotos y cuando se dieron cuenta, entraron rompiendo la puerta y pues me iban a ir a buscar, pero del susto que entraron se pone mal una persona y se tuvieron que poner a atenderla y ya me pude ir.
Otras veces como llevaba varios rollos, me persiguieron, me quitaron la cámara, pero los rollos ya estaban guardados y pude imprimir mis fotos. Los rollos los llevaba en los calcetines.
Hubo historias duras, pero también bonitas como la de Jackeline Kennedy, estuvo formidable porque competí con prensa nacional e internacional y les gané por conocer mis terrenos...
Gracias al Servicio Militar Nacional tuve tres meses de prácticas y pues yo siempre fui flaco, di instrucción militar seis años, daba gimnasia, defensa personal, tiro...allá tomé agilidades que me salvaron la vida trabajando en el Diario, porque la verdad, cuando me correteaban no me alcanzaban. Eso me salvó la vida, así que yo le digo a los muchachos que se preparen y sean sanos, eso es bueno.
Siempre en todo mi camino hubo gente buena que me ayudó, siempre tuve un Ángel de la Guarda porque nunca me pasó nada.
-¿Don Isidro tiene un archivo personal?
-No, el archivo que tengo es de fotos sociales, todo lo que era del periódico está el periódico, yo en el 65 empecé a archivar..
-¿Cuántas bodas habrá tomado?.
-Uuuuhhh, ni idea, son muchísimas.
-Don Isidro, ¿para usted fue un orgullo trabajar para el Diario de Yucatán?
-Si, porque desde que entré, como los gatos que entran y les cortan el bigote y te quedas, así entré. Serví al fundador, serví a sus hijos, a sus nietos y terminé con el bisnieto. Todos me trataron, mira...
-¿Sentía que el Diario lo arropaba?
-Bastante, bueno, yo les era útil, supongo...
-¿Pero, la empresa era recíproca?
-Ah sí...tengo reportajes que me hacían, páginas, notas, fotos, hasta un libro me hicieron, allá notas que la empresa te muestra su agradecimiento...y lo hicieron (el agradecimiento) hasta con mi familia...
Mis hijos se hicieron en el Diario, iban a una escuela particular, pero en las vacaciones los llevaba al Diario para que se ocuparán en algo, don Abel les daba su lanita, le decía que no era por eso, sino era para que aprendieran el sentido de la responsabilidad.
Ahorita, al recordar mi historia, me siendo feliz, como trabajé, donde trabajé y cómo me trataron.
-¿Si no fuera fotógrafo qué le hubiera gustado ser?.
-Siempre quise ser piloto, por servicios prestados a la Nación como instructor del Servicio Militar tenía la oportunidad, pero mi mamá no quería que me separara de ella, así que mi carta de aceptación "no llegó"...
-¿Qué le gusta como pasatiempo, el baile, el cine..?
-¿Bailar?, nunca fui bailador, cuando era novio, pues ahí te vas, pero no más, bailé para mis 50 años de boda, jejeje...
¿Música?, sí, sí me gusta de todo tipo, si son alegres con más razón.
-¿Alguna canción en especial?.
-De títulos no me preguntes, pero de novio, pues las románticas son las que te llegan, ¿no?.
-¿Cuál es su comida favorita?.
-De "tocho morocho", las picantes más, frijol con puerco sí pero si es a mi estilo, ahora son light, sin sabor, parece que estas comiendo plástico.
-¿Qué satisfacciones tiene Isidro Ávila a estas alturas?
-Las satisfacción más grande que tengo es que mucha gente me conoce, a donde voy me saludan y me tratan muy bien, gobernantes, obispos, sacerdotes, empresarios, políticos...
Otra satisfacción es tener unida a la familia, y aunque algunos de mis hijos ya son abuelos no se olvidan de nosotros y están muy pendientes, así que entonces te puedo decir que ahora ya soy un viejo muy feliz.