Por Marco A. Cortez N.

La naturaleza es sabia. Nunca se equivoca.

Sus ciclos se cumplen, no hay marcha atrás.

Es de la madre naturaleza de donde emergen los ciclos de la vida.

Ayer, a las 15:58 horas, ni mas ni menos, quedó atrás el invierno y la cita con la primavera fue puntual.

Hoy Mérida, Yucatán y buena parte del orbe, amaneció bajo cielos diferentes, renovados.

En la capital yucateca

la primavera mostró su rostro con un sol radiante, escasas nubes cubriendo el cielo, árboles floreciendo, aves revoloteando y las personas, como por arte de magia, despertaron con una nueva actitud, con nuevos ánimos para enfrentar el día, sus propios ciclos, similares a la naturaleza.

Con este tenor, la vida continúa, no hay marcha atrás.

Ciclos se abren, ciclos se cierran, en muchos casos para siempre, pero la naturaleza sigue firme y adelante, dejando muchas enseñanzas y experiencias en quienes somos parte de ella, de su vientre, de su corazón.

Y así, como la naturaleza dicta sus ciclos, las vidas de todos sus seres vivos cumplen con los suyos, no importa donde estén o que hagan, simplemente viven sus circunstancias y sus tiempos.

Demos pues paso a esta época del año que en su momento también quedará atrás para ceder el lugar y el tiempo, a un nuevo ciclo que será el de verano y donde, de nuevo, las personas -si existimos-, tendremos una nueva oportunidad para renovarnos, reiniciarnos o tal vez rectificar todo aquello que consideramos debemos cambiar.

¡Bienvenida Primavera!

¡Gracias Madre Naturaleza!