Transcurría la faena del quinto toro de la tarde. De Olga Jiménez. Muy astifino. Enrique Ponce trataba de hilvanar en pase de pecho por la mano izquierda. Cuando el toro le vio. Y en el amagó le prendió por detrás. Lo elevó muy alto. Lo peor estuvo en la caída sobre la rodilla izquierda. La que el maestro tiene lesionada desde este invierno. Se le dobló totalmente.

Como si no tuviera fijaciones. Feo, muy feo. No pudo ni volver a apoyar. A la enfermería se lo llevaron en volandas. Allí le detectaron también una cornada en la parte posterior del muslo izquierdo.

El doctor Cristóbal Zaragoza informó, tras 50 minutos de operación, que Ponce sufrió una cornada en la parte inferior del glúteo con una trayectoria ascendente de 12 centímetros y otra descendente de 5. Fue intervenido con anestesia local.

Pero sobre lo que más preocupaba, el estado de la rodilla izquierda, el jefe de la enfermería de la plaza de toros de Valencia, declaraba a los micrófonos de Canal Toros que Ponce sufría una "rotura del ligamento lateral de la rodilla izquierda, pendiente de un 'body' TAC completo porque le hemos detectado un derrame que puede responder a alguna lesión más".

Zaragoza confirmó que la nueva rotura ligamentosa se suma a la que ya tenía del ligamento cruzado anterior que no se había querido operar para cumplir sus compromisos americanos: "Ahora la intervención será inevitable. Dos meses de reposo no se los quita nadie".

Fuente: El Mundo