- La Vieja Guardia
Las finanzas de Nuevo León se encuentran tan deterioradas que, en el primer trimestre de su administración, el gobernador Jaime Rodríguez Calderón enfrentará una parálisis en obra pública.
En entrevista con Apro, El Bronco asegura que lo que resta del 2015 se dedicará únicamente a ordenar la “piltrafa administrativa” que dejó su antecesor, el priista Rodrigo Medina de la Cruz, a quien acusa de dilapidar los recursos estatales en “frivolidades”.
Durante ese periodo, agrega, no habrá anuncios inmediatos de construcción de puentes, carreteras, hospitales ni edificios. Todo esperará hasta el 2016, cuando su gobierno –el que ganó como candidato independiente– encuentre la forma de reparar el daño al erario y el estado se recupere de la “embolia financiera” que padece.
El gobernador entrante espera que la ciudadanía entienda porqué el estado no avanzará en infraestructura:
“Lo que le pido a la ciudadanía es paciencia. Octubre, noviembre y diciembre lo dedicaremos a ordenar el gobierno. No haré gran cosa. No habrá anuncios de que iniciaremos el mandato haciendo obras. Empezaremos ahorrando dinero y, a partir de enero, vamos a empezar con las acciones que se tienen que hacer en aspecto social”.
Y añade: “Vamos a ser un gobierno socialmente fuerte. Atacaremos las cuestiones de mayor marginalidad y hasta allá, donde sea más necesario, vamos a llevar el gobierno. Ya no hay más tiempo. En estos primeros días vamos a renegociar también la deuda, buscaremos recursos para solventar el déficit presupuestal. En enero veremos cómo está la demás planeación”.
El ánimo actual de Jaime Rodríguez es de preocupación y enfado. Hasta este viernes 2 de octubre –día de la entrevista– no puede hacer ni pedir nada en el gobierno estatal porque Medina de la Cruz todavía tiene sus últimas horas de mandato.
Sin embargo, a un día de entrar al Palacio de Gobierno como jefe, considera “pesadísimo” el déficit presupuestal del 2015, que es de 6 mil 200 millones de pesos. Además, cuenta, ya encontraron que el gobierno de Nuevo León debe alrededor de 87 mil 500 millones de pesos.
Este total se divide en 67 mil 500 millones, registrados ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que la administración y organismos descentralizados le deben principalmente a los bancos por préstamos acumulados en el sexenio. El resto, 20 mil millones, están comprometidos con proveedores.
Y eso es lo que se sabe hasta ahora, aclara El Bronco, con cierto tono de afectación por la presión de la carga pecuniaria legada que deberá resolver.
Durante el periodo de transición, el despacho Deloitte organizó los preparativos para la auditoría que emprenderá a partir del próximo domingo, cuando asuma el cargo.
“Es una gran responsabilidad tratar de arreglar lo que otros han desarreglado. Vamos a recibir un gobierno desorganizado, con un déficit presupuestal muy grande para este año, con obras inconclusas importantes que irresponsablemente no fueron concluidas, porque no se consiguieron los recursos para ello”, comenta.
“Mucho se hizo al ahí se va. Vamos a estar trabajando en la auditoría completa de todo el gobierno porque los ciudadanos y yo tenemos derecho a saber qué pasó con el dinero que se pidió para hacer cosas y no se han hecho”, dice entre bostezos pues, de acuerdo con su equipo, en los últimos días le ha quitado horas al sueño para avanzar en la planeación.
La cantidad comprometida es tan grande, compara, que existe la sospecha de que parte de ese dinero fue destinado a beneficiar a los candidatos del PRI en las pasadas campañas en la entidad.
Jaime Rodríguez reitera el compromiso de transparentar la auditoría. Los resultados que arroje el trabajo de Deloitte y la investigación que emprendan los funcionarios al interior de la administración serán dados a conocer a la ciudadanía.
“No existe ese dinero, es una lana que no se tiene. Se gastó mucho en la operación del gobierno, en la burocracia, en actividades de gobierno. Probablemente se hayan desviado recursos a las campañas políticas. Pero estamos tranquilos en ese tema. Vamos a saber qué ocurrió adentro y se lo daremos a conocer a la sociedad y señalaremos responsables”, dice.
Medina “arrastró el buen nombre de NL”
El juicio del gobernador electo Jaime Rodríguez hacia la administración de su antecesor Rodrigo Medina es lapidario.
Sostiene que el priista arrastró “el buen nombre” de la entidad, al grado de que, actualmente, el estado carga con una pésima reputación. La ciudadanía no lo merece, sostiene, porque Nuevo León está lleno de gente talentosa y honrada.
“No puede continuar esta corrupción y el desprestigio de un estado tan poderoso como Nuevo León, que ahorita está a los ojos del mundo como un estado corrupto, desorganizado e ineficiente. Y todo esto cuando, en realidad, existe aquí mucha gente de talento y carácter que puede resolver los problemas y que pudo haber resuelto los problemas”, comenta.
Aclara que el gasto “irresponsable”, va a ser pagado con el mismo dinero del pueblo:
“Esto se paga con los recursos de los nuevoleoneses y, lógicamente, limita las posibilidades de ir generando infraestructura social, crecer para enfrentar los problemas de la comunidad. Hay muchos jóvenes en la calle que no tienen oportunidad en la entidad. Hay graves problemas de infraestructura de salud, en el área metropolitana y de muchas otras partes al norte y el sur del estado”.
Pese a ese panorama, se dice entusiasmado y listo para iniciar su sexenio. El próximo 3 de octubre, cerca de la medianoche, los diputados le darán la investidura oficial en sesión solemne en el Congreso Local y a la media noche entrará al Palacio de Gobierno. El domingo 4 tendrá una celebración para agradecer a la ciudadanía el voto y el lunes 5 entrará en funciones “en chinga”, como le gusta decir.
“Vamos a empezar no de cero, si no de menos 50. Por eso vamos a tener qué esforzarnos y trabajar duro. No le tengo miedo al trabajo y a la responsabilidad. No me preocupa el no saber. Tengo una visión positiva y vamos a resolver los problemas, pero tengo que decirle a la gente la realidad, dónde nos encontramos”, señala.
Por ahora no puede dar a conocer el nombre de los funcionarios que conformarán su gabinete. Aún el viernes, a un día de tomar protesta, está encerrado en su casa, en García, deliberando sobre quienes le ayudarán a tomar posiciones.
La primera actividad que hará como mandatario en funciones, asegura, será enviar “la silla” de gobernador al museo que hay en el interior del Palacio de Gobierno. “Esa silla enferma a quien se sienta en ella”, según ha dicho en reiteradas ocasiones.
Además, la noche que le entreguen las llaves del inmueble donde trabajará los próximos seis años, tomará protesta a los dos únicos funcionarios que recibirán nombramiento inmediato: Manuel González Flores, como secretario general de Gobierno, y el general Cuauhtémoc Antúnez Pérez, excomandante en jefe de la Séptima Zona Militar, con sede en esta capital.
El militar regresará del retiro después de haber concluido, en enero pasado, su carrera de 46 años en el Ejército Mexicano, en la 11 Región Militar, con sede en Torreón, Coahuila, como última estancia.
El gobernador electo todavía se encuentra “arrastrando” el lápiz para afinar los últimos trazos de su plan de arranque, la programación de sus actividades y el manejo de la deuda, “el gran quebradero de cabeza” que enfrenta junto con Fernando Elizondo Barragán, quien será encargado de las finanzas estatales y Coordinador Ejecutivo del Gabinete estatal.
El Bronco revira: tenencia se queda
Actualmente, el Congreso de Nuevo León se encuentra en proceso de reconfiguración. En las elecciones del 7 de junio, cuando ganó Jaime Rodríguez Calderón, el PAN obtuvo la mayoría en la 74 legislatura que inició el pasado 1 de septiembre.
Sin embargo, el mismo día en que los legisladores ocuparon sus curules, dos panistas se declararon independientes y le hicieron un favor al PRI, pues el PAN perdió la mayoría.
Con una bancada tricolor que controla las principales comisiones, entre ellas la de Hacienda, se prevé que Medina de la Cruz tenga la puerta abierta para dejar “limpia” su gestión, al ser aprobadas sus cuentas, aún bajo cuestionamiento.
Además, los diputados ya comienzan a hacer propia la eliminación de la tenencia vehicular, un impuesto que en su campaña El Bronco prometió eliminar. Pero ahora, cuando ve que las fianzas están quebradas, revira y dice que el gravamen es necesario, pues aporta al año más de mil millones de pesos a las arcas locales.
El mandatario independiente debe manejar con mucho tacto el tema de la tenencia pues, si decide mantenerla, significará que incumplió la promesa de campaña.
Los diputados quieren eliminar este impuesto para que el nuevo gobernador se contradiga públicamente. Eso significa restarle puntos de popularidad a su gobierno, que llegará con un alto grado de aceptación.
Por ahora, el mandatario electo dice que no se enredará en discusiones con los legisladores y dejará que tomen sus propias decisiones.
“Respetaré lo que el Congreso decida. Lo que les pedimos a los diputados es que esperen a que nos enteremos de la realidad de lo que ocurre en el estado para hacerles un planteamiento sobre este tema. No hemos hablado todavía de un presupuesto o de quitar o de poner nada”, aclara.
“De lo que sí hemos hablado es de reducir el gobierno, quitar personal y lo que no es necesario. En el caso de la tenencia, si los diputados deciden quitarla, tendremos un déficit aún mayor que, evidentemente, iría en perjuicio de los ciudadanos”, dice.
Según el plan de gobierno de Rodríguez Calderón, el recurso captado por ese impuesto se empleará para reconstruir la infraestructura carretera arruinada. La apuesta del nuevo gobernador es explicar a ciudadanos y legisladores que el recurso será “bien utilizado” para obras que estarán a la vista de todos y con beneficio general.
“Estoy seguro que muchos de los ciudadanos estarían de acuerdo en que el dinero de la tenencia sea bien aprovechado y no que se gaste en sonseras, como ocurrió en el gobierno actual, que se uso para fiestas, pachangas, festivales y cosas así, que no son prioridad del gobierno”, añade.
Alerta que la tenencia también impactará directamente en recursos que se le asignan a los municipios, pues una parte del impuesto se distribuye entre los ayuntamientos, de acuerdo con su número de habitantes.
“No estoy aferrado a cobrarla. Haré lo que los diputados digan. El planteamiento nuestro era quitarla, pero cuando nos dimos cuenta del despapaye financiero que hay en el estado tuvimos que reconsiderar esta posición y así se los diremos a los ciudadanos”, adelanta.
Como gobernador electo sin partido, Jaime Rodríquez carece de bancada representativa en el congreso local. Lo más cercano que tiene a un aliado, es la tercia de legisladores de Movimiento Ciudadano, que le ha expresado respaldo abierto, aunque sin caer en la complicidad.
El Bronco aún no sabe con precisión cuántos trabajadores hay en la nómina ni cuántos por honorarios. Pero advierte que apenas lo sepa, emprenderá recortes necesarios, principalmente en el área de empleados de confianza y asesores.
Y es que, recuerda, el gobernador saliente Rodrigo Medina comenzó la construcción de la Línea 3 del Metro que, de un costo de 5 mil millones de pesos subió a 8 mil millones. Ahora, advierte, no hay forma de terminarla. Por ello, buscará recursos que ayuden a completar el ducto elevado que unirá Monterrey y San Nicolás.
Como esa, hay otras obras que no han concluido. Las auditorías que se realicen revelarán si los dineros planeados para su ejecución fueron debidamente empleados, dice.
“La línea 3 la vamos a tratar de terminar, pero no en las condiciones en que está planeada. Vamos a tratar de ahorrar ahí dinero. Vamos a revisar los fondos que se usaron, como vamos a auditar todo. Vamos a ver cómo estuvo la construcción de los hospitales de Sabinas, Montemorelos y el de Especialidades, y ver si tiene lo que dijeron. Pero vamos a terminarlos, porque son necesarios. No vamos a dejar elefantes blancos”, promete.
Medina, fuera de la realidad
Al comparecer ante el Congreso del estado, el pasado 24 de septiembre, para dar su sexto y último informe de gobierno, Rodrigo Medina dijo que el resultado de su trabajo pasaba por “la interpretación de la realidad”, por lo que habría quien aprobara o descalificara su gestión.
En esa sesión, los legisladores de prácticamente todas las bancadas, a excepción del PRI, lo tildaron de corrupto.
Esa misma noche tuvo su festejo privado. Ante invitados especiales, Medina dio su propio informe y mensaje de despedida. Para explicar los compromisos financieros que adquirió en su mandato, dijo que otro en su lugar debió sentirse paralizado por la falta de recursos, pero él encontró la forma de solucionar los problemas.
“Quizás lo más fácil hubiera sido dejar de hacer mucho de lo que aquí les he informado y haberles dicho que no hubo con qué hacerlo. Nosotros no elegimos esa opción. Optamos por encontrar el cómo sí y sacar adelante a nuestro estado. Encontramos las soluciones dentro del parámetro de lo legal y lo responsable, e hicimos crecer a Nuevo León”, expuso entre aplausos.
El nuevo gobernador independiente, Jaime Rodríguez El Bronco se dice respetuoso de Medina: “Si se pronuncia satisfecho de su sexenio es muy su gusto”, comenta. Sin embargo, apunta que su antecesor no está ubicado en la realidad.
“Como gobernador generó una deuda enorme, es el que más polémica ha generado en el estado. Hay una percepción ciudadana negativa hacia él. Si con todo y eso dice que está satisfecho, es su problema”, señala.
Bajo este contexto, se insiste a Rodríguez si someterá a juicio a su antecesor. El Bronco afirma que aplicará la ley “llanamente” y no la utilizará como instrumento de negociación política:
“La ley se aplicará sin distingos. Cualquier persona que la infrinja será juzgado, no importa de qué partido sea, o si es ciudadano o funcionario. No importa si es mi hermano, primo o pariente. Aplicaré la ley a todos”.
Las elecciones presidenciales del 2018 no se tocan en la entrevista. El día que ganó la elección Jaime Rodríguez anunció que gobernaría Nuevo León en el periodo 2015-2021.
Entonces dijo que “no sucumbiría a la tentación de dejar el estado por buscar la presidencia de la República”. Aquella noche triunfal, frente a los electores que le dieron su voto, afirmó:
“Nosotros pedimos el voto para ser gobernador. No quiero ser chapulín”.
Fuente: Proceso.