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El Cañón del Sumidero, leyenda, naturaleza y aventura en Chiapas

Fecha: 01 ago 2021

Embarcarse en el pintoresco malecón de Chiapa de Corzo para recorrer el Cañón del Sumidero, maravilla natural de México, es toda una experiencia.

Aquí se conjugan el turismo de naturaleza y de aventura, pero también se abreva la historia de Chiapas, en cuyo escudo oficial se plasma este impresionante Parque Nacional de 21 mil 789 hectáreas.

Se trata de uno de los cañones más imponentes del mundo, formado hace 12 millones de años, contemporáneo del gran Cañón del Colorado, en Estados Unidos. En su interior corre el río Grijalva, el segundo más caudaloso del país y juntos, estos enormes acantilados y serpenteantes aguas, dan vida a una de las cuencas hidrológicas más importantes del país.

Además de su extraordinaria belleza, su importancia como área natural protegida y su valor económico, tanto turístico como hidrológico, al ser cauce de la presa Chicoasén, el Cañón del Sumidero fue escenario de aguerridos encuentros bélicos entre indígenas y españoles durante la conquista, es símbolo de la resistencia y heroicidad de los nativos Chiapa, quienes, según la leyenda, en una tercera incursión de los europeos, bajo el mando de Diego de Mazariegos, muchos optaron por arrojarse desde la cumbre del Cañón del Tepetchía (su nombre original), antes que ser sometidos y esclavizados.

Por sus impresionantes acantilados, que rebasan los mil metros de altura sobre el nivel del mar, su abundante vegetación y fauna, con cocodrilos, serpientes, iguanas, monos araña, jaguares y osos hormigueros; sus peligrosas aguas y temperaturas extremas, de 50 grados centígrados durante el día y 10 grados en la noche, el Cañón del Tepetchía dio pie durante años a otras fascinantes leyendas como aquellas de que en su interior habitaban plantas gigantes y animales raros, casi mitológicos, versiones muy arraigadas entre la población de esa época.

El caudaloso río Grijalba del Cañón del Sumidero no era navegable como ahora, sus peligrosos rápidos, enormes cascadas e impresionante fauna, lo hacían intransitable en lancha. Al ser todo un reto, hubo varios intentos de especialistas extranjeros por realizar la travesía de 32 kilómetros, pero todos fracasaron, incluso algunos fallecieron en el intento.

Fue hasta 1960 cuando un intrépido grupo de chiapanecos, autollamado “Pañuelo Rojo” logró cruzar y navegar el Grijalba, a pesar de sus carencias técnicas y de equipo. Esta hazaña, realizada hace 61 años, se le atribuye a Jorge Narváez, Maximiano Hernández, Eneas Cano, Salvador Hernández, Ramón Alvarado, Nabor Vázquez y Rodolfo Castillejos.

El río Grijalba comenzó a ser transitable en 1980, a raíz de la construcción de la presa hidroeléctrica Manuel Moreno Torres, mejor conocida como Chicoasén, una de las 10 más altas del mundo.

El nivel del agua subió 200 metros y el cauce se tornó tranquilo, lo que permitió comenzar a ofrecer paseos ecoturísticos al interior del Cañón.

Precisamente, debido a su gran riqueza ecológica, el 8 de diciembre de 1980 el Cañón del Sumidero fue nombrado Parque Nacional. Y el 22 de febrero de 2004 se le otorgó el reconocimiento como Sitio Ramsar, al ser un humedal de importancia internacional para la conservación de la biodiversidad.

Se han escrito innumerables artículos, reportajes, estudios, notas, sobre esta maravilla natural, pero llama la atención que no hay datos sobre una pregunta básica: ¿Por qué se llama Cañón del Sumidero?.

No hay una versión oficial, pero, según comenta Manlio Fabio Chacón Rojas, jefe del Departamento de Atención a Segmentos Turísticos de la Secretaría de Turismo de Chiapas, se sabe que los indígenas referían que el agua se sumía en los rápidos del río y de ahí que se generalizara después que era un sumidero, donde todo se sumía, en sentido totalmente coloquial.

Manlio Fabio fue nuestro anfitrión en un fam trip que organizó la Secretaría de Turismo de Chiapas para medios de Yucatán y de esa entidad, para conocer algunos atractivos que ofrece el “Espíritu del Mundo Maya”, como parte de su estrategia de promoción.

El programa “Me Encantas Chiapas”, nombre de la campaña y del fam trip, inició con una visita a Chiapa de Corzo, donde se encuentra el principal punto de embarque del imponente Cañón del Sumidero, actualmente bajo la regulación de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

El servicio colectivo en lancha para realizar el paseo, a cargo de cinco cooperativas, tiene un costo que oscila entre los $220 y $250 y se paga $50 adicionales por persona, que corresponde a un brazalete que expide la Conanp para ingresar al parque Nacional.

Una lancha especial, dependiendo de su tamaño y espacio, cuesta $3,500 en adelante. El importe lo vale, es de verdad, una experiencia extraordinaria para quienes gustan del turismo de naturaleza y aventura.

El recorrido es de poco mas de dos horas y se realiza bajo las explicaciones del operador de la lancha, que es a la vez el guía, quien va describiendo lo principales sitios de interés y va mostrando la morada de los cocodrilos, monos araña, ocelotes, pelícanos, garzas y otras especies que se encuentran en el Cañón.

Dos de las formaciones naturales en los gigantescos muros del Sumidero que sorprenden por su belleza y misticismo son el famoso “Árbol de Navidad” y la Cueva de la Virgen.

El “Árbol de Navidad” es una singular cascada de 250 metros que cae del acantilado y dibuja la forma de un pino, formado a su vez por el musgo que crece en la piedra húmeda, acompañado de bromelias y begonias. Verlo es un espectáculo, pero pasar por debajo y recibir el baño de agua, supuestamente medicinal o rejuvenecedor, es toda una experiencia.

La Cueva de la Virgen es una oquedad donde yace la imagen de la Virgen de Guadalupe, que es venerada por los lancheros y festejada con una peregrinación cada 12 de diciembre, desde hace 25 años. En las formas caprichosas de la roca se ve la silueta de Cristo. Este santuario, en la también llamada Cueva de los Colores, es parada obligada en el recorrido.

El Cañón del Sumidero es visitable también por tierra. Hay cinco miradores a lo largo de 17 kilómetros: La Ceiba, La Coyota, El Roblar, El Tepehuaje y Los Chiapa.

El Roblar es el de mayor altura, está a mil 200 metros sobre el nivel del mar. El recorrido terrestre y de contemplación también incluye dos pistas de ciclismo de montaña.

No existe servicio aéreo, pero seguramente recorrerlo en avioneta o helicóptero debe ser todo un espectáculo.

Hay muchas cosas más por observar y disfrutar en este espectacular paseo en el Cañón del Sumidero, uno de los atractivos emblema de “Chiapas, Espíritu del Mundo Maya” y de esta campaña “Me Encantas Chiapas”, como lo define muy bien la Secretaría de Turismo, toda vez que uno queda fascinado y encantado con las maravillas y experiencias que ofrece este impresionante destino del sureste mexicano.

Información: Félix Ucán Salazar.

Fotografías: Félix Ucán / Marcos Delgado, Primer Plano Magazine (Chiapas)