- La Vieja Guardia
Una investigación realizada a lo largo de tres décadas indica que el uso óptimo de la selva baja caducifolia, predominante en la región peninsular, para la alimentación de ovinos y caprinos se logra mediante la interacción entre los animales, los parásitos gastrointestinales y las plantas, expuso el profesor investigador de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Juan Torres-Acosta.
En el marco del Ciclo “Contribuciones del CCBA-UADY al conocimiento biológico y agropecuario”, el académico impartió en modalidad virtual la conferencia “Interacción entre la nutrición y los nematodos gastrointestinales en pequeños rumiantes pastoreando la selva baja caducifolia”.
Durante su intervención, señaló que uno de los ecosistemas de México donde se establecieron los rumiantes domésticos fue la selva baja caducifolia, que actualmente ocupa el ocho por ciento de la superficie de México y es el ecosistema predominante de Yucatán.
“Los pequeños rumiantes que pastorean en la selva, enfrentan problemas relacionados con la desnutrición y las infecciones por nematodos gastrointestinales [gusanos redondos]”, apuntó.
Explicó que durante las investigaciones de campo, se percataron que los animales presentan conductas de auto medicación preventiva que pudieran permitirles limitar sus cargas de nematodos.
Aunque manifestó que sus estudios se centraron en cabras adultas, las cuales demostraron que no expresan una conducta de auto medicación curativa contra los nematodos.
El académico dijo que los rumiantes introducidos a las selvas tropicales tuvieron que adaptarse a temperaturas y humedades elevadas, además de que aprendieron a consumir numerosas plantas que les resultaban desconocidas.
“En cada bocado, los pequeños rumiantes pueden estar consumiendo macronutrientes y fases infectantes de gusanos en cantidades variables y en muchos casos, la dieta cosechada por ovinos y caprinos no satisface las necesidades para el mantenimiento de sus funciones vitales y para la producción de carne o leche”, destacó.
En tal sentido, indicó que los animales que reciben una suplementación que ayude a cubrir sus requerimientos de manera correcta, desplegarán una resiliencia y resistencia sólidas contra las infecciones de los nematodos como demuestran los estudios.
“El uso racional de los compuestos secundarios de plantas en la alimentación de los pequeños rumiantes y el control de los nematodos todavía requiere de más estudios, hoy en día se tiene información limitada, sobre esos compuestos de las más de 60 especies de plantas que consumen los pequeños rumiantes”, puntualizó.
Torres-Acosta manifestó que más adelante se podrán usar las plantas con compuestos secundarios como nutrientes, pero primero hay que entender las motivaciones de los animales para consumir alimentos en el complejo ecosistema de la selva.